José Jackson Guadamuz se apropia constantemente de sus vivencias, promoviendo un encuentro particular entre lo real y lo onírico, entre lo colectivo y lo propio. Así el artista interpreta las mascaradas y las escenas taurinas de Santa Cruz de Guanacaste jungando con los elementos intensivos de los colores vivos, otro hilo conductor del conjunto de su obra. La felicidad extenuante expresada en sus cuadros, activa cuestiones potentes sobre la simultaneidad de las acciones personales y de grupos humanos espacio-tiempo diversos.